Iglesia de San Martín
La iglesia de San Martín es de estilo románico de transición al gótico cisterciense (s. XIV) con añadidos góticos más tardíos y una esbelta torre barroca de 1652. En el interior existe un bonito retablo y un sepulcro gótico.
Construida en una magnífica piedra sillar de color rosáceo, el conjunto es de estilo románico en transición al gótico cisterciense (siglo XIV). Cuenta con una esbelta torre cuadrada del año 1662 y con doble ábside: uno poligonal gótico con ventanal rasgado y otro rectangular con contrafuertes. La portada es gótica florida con arco rebajado. El interior presenta una gran nave de estilo gótico y dos capillas laterales con columnas, arcos apuntados y bóvedas de crucería. El retablo mayor es renacentista, pero retocado en el año 1795. En él ocupa un lugar destacado la figura de San Martín Obispo.
Es un templo de una sola nave, articulada en cuatro tramos mediante tres arcos fajones que arrancan de los correspondientes pilares embebidos en el muro. Los muros son de piedra sillería, de aparejo bastante regular, tanto que podemos afirmar que son isódomos y la cubierta es de bóveda de crucería, sexpartitas todas ellas. Al tramo tercero se abren dos capillas de similar factura, parecen capillas funerarias por los lucillos sepulcrales abiertos en los muros. Ambas tienen bóveda de crucería, los muros son de piedra sillería de aparejo regular y en los ángulos sitúan contrafuertes prismáticos. El conjunto se remata en cabecera recta, cuadrangular, que en realidad es el quinto tramo de la nave pero de mayor volumen, que tienen muros de piedra sillería, contrafuertes prismáticos en los ángulos y bóveda de crucería, terceletes.
Adosada al muro norte a la altura del cuarto tramo de la nave vemos la torre. Es una estructura de planta cuadrada, articulada en su exterior en tres cuerpos separados mediante molduras. El primero es casi macizo, en el segundo se practican arcadas de medio punto ciegas y en el tercero se abren las habituales troneras.
En el muro hastial vemos la portada. Es un sencillo arco carpanel con jambas en acusado derrame que se ve rematada en las correspondientes arquivoltas que son unos sencillos baquetoncillos abocelados. De la línea de importas arranca un contrafuerte que se remata en pináculo con cuidada decoración vegetal. Sobre la portada vemos un sencillo óculo y en la parte superior una espadaña reducida a la tronera de medio punto con entablamento con pináculos y bolas siguiendo las pautas y formas.
En la torre encontramos un hecho arqueológico reseñable. Los tres primeros cuerpos, excepción hecha de las actuales troneras, corresponden a una misma época constructiva. Por las formas de las arcadas ciegas, el tipo de aparejo de los muros y el remate el tercer cuerpo nos parece que es una obra levantada en la segunda mitad del siglo XII, en dos momentos diferentes. Estamos ante la torre, adosada al muro norte, de lo que nos parece que fuera el primitivo templo románico que fue derruido para levantar en su lugar parte de lo que vemos en la actualidad. El cuarto cuerpo de la torre por el tipo de pináculos, desagües y molduras nos parece que se levanta a finales del siglo XV o comienzos del XVI, en el momento que se se completa el templo que vemos en la actualidad.
Otro elemento reseñable es la capilla adosada el muro norte de la actual cabecera que consta de un tramo y cabecera poligonal, con un tipo de cubierta en cabecera de gajos que está recordando las formas tardorrománicas y del primer gótico. Creemos que esta capilla, actual sacristía, con la pila bautismal románica en el centro traída de la ermita de San Pedro, es el primer añadido que tuvo el templo románico y que el mismo no es otra cosa que una capilla funeraria de los destacados magnates que tuvieron la jurisdicción de la villa. Nos parece que es una obra que se levantó a lo largo del siglo XIII
La portada, capillas funerarias abiertas en el tercer tramo, las bóvedas y la cabecera actuales nos parecen obra de finales del siglo XV o de comienzos del XVI. En todos caso las formas son más bien del mundo tardogótico pero también apreciamos elementos ya del mundo renacentista en los pilares. Los vanos del muro sur, de estructura adintelada, son una prueba más de que la obra se concluyó ya en el siglo XVI. A esa misma etapa de obras corresponde el coro, ubicado en el primer tramo del templo, con su espectacular arco carpanel y la bóveda de combados pero completamente plana en su factura. El arco triunfal pone de manifiesto que el primitivo ábside no fue como el que vemos en la actualidad. Ello nos hace pensar el del templo tardogótico se modificó y alteró para levantar el que vemos en la actualidad.
El proceso constructivo de este templo va desde la primera construcción románica, una parte de ella de mediados del siglo XII, hasta la cilla y cabecera que parecen obra de comienzos del siglo XVII. A ese mismo estilo y formas constructivas corresponde la espadaña-tronera ubicada en el muro occidental.
De los retablos que hubo en el templo únicamente quedan dos. El primero está adosado a la cabecera poligonal de la actual sacristía. Es una sencilla estructura de madera policromada que consta de banco, un cuerpo, tres calles y remate en un segundo cuerpo con frontón triangular. Las formas que presenta, el tipo de columnas y los elementos ornamentales nos hacen pensar en una obra clasicista o de formas postridentinas, de finales del siglo XVI o primeras décadas del XVII.
El retablo principal es una cuidada estructura de madera policromada y dorada que consta de banco, poco desarrollado, tres cuerpos, tres calles y dos entrecalles, tres entablamentos y remate en tondo que cobija una talla de Cristo crucificado. En el cuerpo inferior, vemos en los extremos las tallas de madera policromada de San Antonio de Padua y San Sebastián y en las otras los evangelistas San Juan y San Mateo. En el segundo cuerpo en la calles laterales se ven relieves con escenas de la vida de San Martín de Tours, en la central la talla del santo sentado en su cátedra y en las entrecalles las tallas de los evangelistas San Marcos y San Lucas. En el cuerpo tercero en la calles laterales vemos sendos relieves con la adoración de los pastores y la Anunciación y en la central la Asunción de María. En las entrecalles, flanqueando al relieve central las tallas de San Pedro y San Pablo. Encima del relieve de la Asunción vemos la figura del Padre Eterno con la bola del mundo en su mano izquierda y como remate a Cristo crucificado y sendas figuras simbólicas en los extremos también enmarcadas en tondos ovalados. Vemos como en cada cuerpo se utilizan los diferentes órdenes constructivos clásicos: dórico, jónico y corintio.
La pila bautismal, en principio procedente de la parroquia de San Pedro, la más antigua de esta población, es una cuidada copa que la embocadura tiene una moldura con decoración funicular y el cuerpo se ornamenta con arcadas ciegas que arrancan de otra moldura con similar motivo que la embocadura. El interior es gallonado. El pie es circular con toro y escocia y la basa ha desparecido. Es una obra de finales del siglo XII que incluimos dentro de estilo románico. Las medidas son de 129 cms. de diámetro por 92 de altura.
En la capilla meridional, o brazo sur del crucero del templo vemos otra pila bautismal. Esta pieza litúrgica parece que es la que se hizo en el siglo XVI, en el momento que se levanta el templo actual sobre los que fuera el anterior románico. Es una cuidada copa, semiesférica que se remata en su exteriores un cenefa con grutescos. El resto va recorrido por acanaladuras que nos recuerdan los motivos avenerados. El pies es cuadrangular con cuidadas tarjas en cada cara mientras que la basa en una sencilla moldura de planta cuadrangular. Es una obra de formas y trazas propias del estilo renacentista.